¿Puedo contratar a alguien solo con un contrato freelance?
Lo que necesitas saber antes de fichar a tu primer colaborador
Cuando una startup empieza a crecer, el primer impulso suele ser contratar ayuda de forma flexible y barata. Y es habitual pensar: "le hago un contrato de freelance, así no tengo que contratarlo por nómina ni pagar Seguridad Social". Error muy común… y muy arriesgado.
En este artículo te explicamos cuándo sí puedes contratar con un freelance y cuándo, aunque uses ese contrato, estarás incurriendo en una relación laboral encubierta. Es decir: un falso autónomo.
¿Qué es realmente un freelance?
Un freelance es un profesional independiente que presta servicios por cuenta propia, con autonomía organizativa y sin estar integrado en la estructura del cliente. En España, normalmente están dados de alta como autónomos o a través de una sociedad unipersonal.
Contratar a un freelance no significa firmar un contrato "fuera de nómina" y ya. Para que el contrato sea válido, deben cumplirse ciertas condiciones legales que lo distingan de una relación laboral. Y aquí es donde muchas startups cometen errores de bulto.
¿Cuándo un freelance se convierte en un trabajador encubierto?
La ley no se basa en el nombre del contrato, sino en cómo se comporta la relación en la práctica. La clave está en estos 4 elementos que caracterizan una relación laboral según el Estatuto de los Trabajadores:
1. Dependencia
¿La persona sigue tus instrucciones, horarios o está integrada en tu equipo como si fuera uno más? Entonces es un trabajador, no un freelance.
2. Ajenidad
¿Tú (empresa) asumes el riesgo del negocio, y la persona cobra independientemente de cómo salgan las cosas? Eso indica relación laboral.
3. Retribución periódica fija
¿Pagas cada mes una cantidad fija, sin variación, y sin vincularlo al resultado? Otro indicio de laboralidad.
4. Carácter personal de la prestación
¿Solo puede hacer el trabajo esa persona, y no puede delegarlo o subcontratarlo libremente? Es un signo más de que estamos ante un empleado.
Si se dan estos elementos, da igual cómo hayas titulado el contrato: si hay inspección o el freelance demanda reclamando la laboralidad, la relación se considerará laboral. Y las consecuencias pueden ser MUY GRAVES.
¿Qué pasa si contrato como freelance a alguien que debería ser trabajador?
La Inspección de Trabajo puede:
- Reclamar las cuotas de Seguridad Social no ingresadas con carácter retroactivo (hasta 4 años).
- Imponer multas de hasta 10.000 € por cada trabajador en fraude.
- Considerar el contrato nulo y exigir el alta inmediata como trabajador.
- Iniciar procedimientos por uso de "falsos autónomos", especialmente vigilados en sectores digitales.
Además, si hay despido, el freelance podría reclamar judicialmente como si fuera trabajador: indemnización, vacaciones no disfrutadas, diferencias salariales, etc.
¿Cuándo sí puedes usar un contrato freelance sin riesgo?
Usar un contrato de prestación de servicios con un freelance es totalmente legal si:
- La persona presta servicios a varios clientes, no solo a ti.
- Tiene estructura propia (herramientas, software, agenda).
- Elige sus horarios y forma de trabajar, sin supervisión jerárquica.
- El resultado del trabajo es puntual o por proyecto.
- Puede delegar, subcontratar o rechazar encargos.
En estos casos, lo ideal es documentar todo en un contrato de prestación de servicios bien redactado, con:
- Objeto claro del encargo.
- Duración y alcance limitado.
- Facturación por hitos o entregables deseablemente.
- Ausencia de exclusividad o control horario.
Y excluir cualquier elemento que pueda implicar una relación laboral encubierta en el contrato.
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- Revisar contratos freelance para evitar riesgos.
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